miércoles, 20 de abril de 2016

¿Cuánto tiempo más llevará?



El sábado al mediodía asomó entre las espantosas noticias que el mundo nos ofrece a diario, una de esas dolorosas de verdad. Primero Mailén, luego Rocío -dos chicas vinculadas directamente al underground porteño; una organiza fechas, la otra es música-, declararon mediante sendos videos haber sido violadas por José Miguel del Pópolo, mejor conocido como Migue de La Ola que Quería Ser Chau y Los Migues. Nadie que vea los videos puede permanecer indemne o inmutable ante ese dolor, ese gesto y, claro, lo que se narra.

El testimonio de Mailén incluye la denuncia policial efectuada en la comisaría 29 porteña, horas después del hecho. Ambos videos son un acto de valentía y coraje poco comunes. ¿Por qué poco comunes? No porque las mujeres elijan no denunciar por gusto, sino porque el terror que deja en sus mentes y en sus cuerpos una situación de este calibre es paralizante. El miedo no se va y para colmo, muchas veces el acoso continúa, e inclusive la acusación se invierte: la víctima pasa a ser victimaria. Esa es la sociedad en que vivimos, en la que nos criamos: pura mierda machista, donde la mujer vale lo que un pañal descartable, se usa y se tira. Se la menosprecia, se la trauma y se la culpa.

Pero en este caso hay un antes y un después. La valentía de Mailén -no hay sinónimos y repetiré cuantas veces sea necesario esa palabra, valentía- y su pronta reacción en un momento tan traumático como el que vivió es clave: hizo efectiva la denuncia (N° 36990) el mismo día de sucedido el hecho, cuando pudo escapar de la casa de Del Pópolo. Es difícil no aterrarse ante el testimonio de Giuliana Bonello, compañera de banda de Miguel y una de las personas a las que acudió Mailén: ante el llamado de su amiga, le consultó a su compañero lo sucedido y Del Pópolo enumeró "garchamos, 'jugamos a la violencia', se asustó". Tras semejante respuesta, la decisión no podía ser otra que acompañar a la amiga y dejar el grupo, como también hizo Fradi Dos Campos, el bajista. Jugamos a la violencia. Hay juegos que no son de dos y jamás se consensúan.

(Da pavor ver el arte de los discos y los afiches de La Ola tras lo acontecido, repugnante. Los que miraron para un costado, por amiguismo, tendrán que bancarse la mancha de ser cómplices).



Rocío se animó a confesar su relación tortuosa con Miguel luego de lo que narró Mailén. No voy a enumerar todo lo que cuenta, véanlo: hay que tener voluntad para dudar de estas dos personas. Increíblemente, hay imbéciles que lo hicieron (fue una gran decepción leer la estupidez que dijo Walas de Massacre, alguien que históricamente se pronunció como matriarcal y feminista; lo que no deja de confirmarnos lo metido que tenemos el machismo, hasta el inconsciente. Al menos pidió disculpas pronto, aunque sabe a poco).

El caso, además de dividir aguas en la escena, en la que no somos tantos y nos conocemos bastante -y sí, hay gente que cree que Migue cometió un simple "error"-, retrotrajo declaraciones de Ciro Pertusi y denuncias varias en las redes sociales para con la figura de Cristian Aldana. El primero salió a defenderse con las mismas armas que esgrimió en una nota que publicara en enero de 1998 la revista Inrockuptibles, y afirmó que "si hay consentimiento" no tiene problemas en mantener relaciones con una menor de edad (dejá, Ciro, no te defiendas más...). Lo de Aldana es aún más complicado: se apilaron testimonios de chicas que, tras ver lo vivido por Mailén y Rocío afirman haber sido abusadas por el líder de El Otro Yo cuando eran menores de edad. Cabe recordar que Cristian, además, es el presidente de la Unión de Músicos Independientes (UMI) y fue uno de los músicos que más trabajó en la creación del INAMU en los últimos años.

El Otro Yo escribió un comunicado repudiando "el mal trato que recibieron Mailen y Rocio, y todas las personas que han sido víctima de situaciones de abuso, violencia, maltrato y todo lo que tenga que ver con hacer sufrir a alguien". A su vez, el grupo fue acusado de borrar los comentarios que la gente escribía en las redes contra la figura de Cristian. Ante la lluvia de acusaciones, contestaron:

"Que facil es ensuciar y difamar mediante las redes sociales. Insultar, lastimar, sin importar el efecto que causen en una familia por ejemplo. Solo hacer daño. No voy a contestar los mensajes llenos de odio y por sobretodo sin sustento fáctico/y/o jurídico que estoy leyendo. Luz y paz ! Cuiden sus palabras amigos. Un abrazo!".

La respuesta también sabe a poco ante todo lo que se dice. Alguien que ocupa un cargo tan representativo como la presidencia de una entidad que nuclea a músicos independientes de todo el país, debería emitir un comunicado más contundente y menos contradictorio. Lo cierto es que dos bandas que estaban girando junto a EOY, Los Rusos Hijos de Puta y Tobogán Andaluz, se bajaron de los shows por venir hasta que no se aclare la situación. (Actualización: hoy también se bajó Viva Elástico).

Así las cosas, hay gente que toma esta situación como una caza de brujas hacia los músicos. Algo es evidente: estas cosas no pueden ni se deben dejar pasar. Si las redes sociales sirven como arma para que se destape la olla, bienvenido... aunque con eso no alcance: es necesaria la misma valentía que tuvieron Mailén y Rocío para que la denuncia pública pase a ser una denuncia registrada en la justicia. Y que luego sea eso, justicia.

Nuestro abrazo para Mailén y Rocío. Gracias, tenemos mucho que aprender de ustedes. Ojalá que ese coraje que tuvieron contagie a otras chicas que todavía cargan con la culpa por un crimen que no cometieron.

Y para todas las mujeres que aún teman o duden: no están solas.