martes, 30 de octubre de 2007

10 razones para ir en diciembre

Para las fechas de ahora, dormí. No quería ir a campo porque no estaba dispuesto a pagar tanto dinero para estar incómodo (cada vez soporto menos al público argentino, me explico).
Cuando intenté comprar plateas altas, ya no había.
Pero tengo fe, van a agregar nuevas funciones.
Claro, esas tres personas chiquititas que aparecen en la foto son Cerati, Alberti y Bosio. Si no escucharon nada de la vuelta, os dejo 10 temas masterizados -los que regalaban ellos- que demuestran que la vuelta no era solo por dinero. Era para demostrar cuán buenos eran. Y vaya que lo lograron.

Quienes hayan ido, pueden contar detalladamente. (Ah, la foto es de sodastereo.com, por las dudas).

LAS CANCIONES:
1- Juegos de seducción
2- Texturas
3- Hombre al agua
4- Fue
5- En remolinos
6- No existes
7- (En) el séptimo día
8- Cae el sol
9- Prófugos
10- Nada personal

martes, 16 de octubre de 2007

...Y la droga se la compran ustedes

El viernes anduve por el centro con mi viejo. Como teníamos que hacer tiempo fuimos a un Musimundo -sí, giles, acá los piratas son ustedes- porque se quería comprar un CD de Raly Barrionuevo. La cosa es que me hizo una torpe apuesta respecto al orden de unos CD’s (no vale la pena explayarse) y le gané, claro. El premio era un disquito a elección para el ganador. Entré a revisar y el primero que vi fue el último de los White Stripes. Pensé “no puedo ser tan hijo de puta de pedirle uno de los más caros” entonces seguí buscando. En la misma batea estaba Nadir’s big chance de Peter Hammil, importado, a 31 mangos. Nunca en mi vida había visto ese disco. Por un momento lo dudé, pero al final tampoco fue ese mi elegido (ahora un poco me arrepiento) y busqué alguno no tan caro. Para mí sorpresa, miro para la “P” y veo Wish you were here a $19.99. Ahí pensé “este podría ser”, hasta que revolví un poco en el mismo lugar y, tras él, estaban Animals y Meddle, dos que no tenía hasta ese momento (por lo general los CD’s de Floyd están el doble o por ahí). Sin dudar me compré ambos, siendo uno de ellos la paga de la apuesta, claro. Así llegamos a Meddle, que me resulta tan zarpado como para analizar tema por tema (en realidad solo son seis, así que no es tanto lío):

One of these days: El disco arranca instrumental, luego de unos cuantos segundos de silencio sopla un viento. Después, machaca el bajo y empieza este gran tema -era más largo pero lo acortaron- que se va volviendo cada vez más pesado y suena cuasi industrial-metalero, denso mal. Por momentos hasta parece Deep Purple. Personalmente, le hubiera dado un poco más de minutos de desarrollo, pero se ve que no les entraba, porque Floyd no se caracteriza por cortar canciones (dura cinco minutos y pico). Excelente y potentoso comienzo para lo que se va a venir luego.

A pillow of winds: Nunca mejor puesto el nombre de una canción tan etérea y dulce como lo es esta (les traduzco a los que no saben inglés: pasado sería Una almohada de vientos). La letra, descriptiva, no se queda atrás: “Sleepy time when I lie with my love by my side and she’s breating low, and the candle dies”. Definitivamente, me encantaría hacer una canción la mitad de buena que esta (y sus slides... y esos arpegios… se me cae la baba). El contraste entre esta belleza y la apertura queda raro en una banda que en casi todos sus discos presenta cierta cosa conceptual desde las letras hasta el sonido general. Este disco no es el caso, y se celebra igual.

Fearless: Acá sí se mantiene lo conceptual, esta gema también es tranquilita. Parece hablar de las cosas riesgosas o imposibles de hacer, mostrando que todo es posible, más allá del miedo que algunas de esas cosas generen. Al final, se escucha a la hinchada del Liverpool cantar estruendosamente You’ll never walk alone (himno de la institución), que dice “camina con la esperanza en tu corazón y nunca caminarás solo”. Tipos tan pensantes como ellos no ponen esta frase en una canción porque sí.

San Tropez: Este es como una mezcla de Stevie Wonder-blues-jazz-minimal aun con gusto a Pink Floyd. Me parece ideal para ir caminando en un desfile de moda (no yo, por supuesto), tiene un swing excelente para eso -y vuelve a romper con lo conceptual. Antes de llegar a Seamus uno puede hasta llegar a pensar que es el tema menos Pink Floyd del disco, no por eso menos bueno, por supuesto.

Seamus: Floyd haciendo un blues medio rural no es cosa de todos los días. Pero que un blues tenga los coros de ¡un perro! y que encima queden tan perfectos es aun más grandioso. Seamus -el can-canción- se manda unos aullidos tan afinados que no se puede creer, en especial el del final. La letra es bien blusera, o sea, bastante tonta y graciosa. Claro, lo que importa aquí es el corista y sus superlativos aullidos, de hecho el tema fue hecho para eso. Si no lo escucharon, busquen la forma -jeje- aunque sea por el increíble momento sonoro que significa.

Echoes: No creo casual que uno de los últimos compilados que salieron de la banda se llame como este tema. Tiene todo, muestra el espíritu y la variedad que el grupo supo tener. Claro, cualquier obra musical que dure 23:31 podría tenerlo -ocupaba un lado entero en la vieja edición- pero de ahí a que eso se logre es otra cosa. La letra es brillante, y el desarrollo del tema -sus silencios; los solos de Gilmour; esa cosa progresiva pero no; la agonía casi insoportable y tenebrosa del medio; la vuelta ¡y esas guitarras!; el retorno a la estrofa; como lo dejan caer al final- es tan logrado que no lo hace aburrido. Se nota que acá ya tenían más que claro hacia donde iban con su sonido. Y también tenían claro que, por canciones como esta -¿se puede calificar como canción o tema semejante bestialidad?- iban a transformarse en uno de los grupos más importantes de los últimos cincuenta años de música popular.

…Entonces, acá tenés el disco que para Gilmour y Mason es el verdadero comienzo de la leyenda Pink Floyd.

lunes, 1 de octubre de 2007

V.A. - 15 Canciones Para la Primavera

Sin lugar a duda alguna, hay canciones primaverales. Cuando arrancó la primavera, lo primero que pensé fue “buenísimo, voy a chorear un poco con un post de eso”. Pero me dormí en los laureles y Recontra me gano de mano, aunque en realidad, él hizo una selección de canciones que hablan de sol, que no es exactamente lo mismo. Por lo tanto, me apresto a presentarles 15 bonitas construcciones musicales ideales para escuchar un sábado a la noche con amigos y una cerveza en la mano (o lo que gusten tomar y/o fumar). También son ideales para amenizar un viaje largo, así que bien las pueden cargar en sus respectivos reproductores de mp3. Abajo, entonces, descripciones y porqués de cada elección:

And your bird can sing (The Beatles): Guitarras magistrales abren este tema, que es pura buena onda para arrancar un compilado así. Bueno, por eso es el primero. Con sólo decir que está en el mejor disco de los Fab Four, alcanza. Para que canten todos los pájaros.

Precious angel (Bob Dylan): Si el sonido de guitarra de la introducción te suena conocido, es porque el grandioso Mark Knopfler es quien ejecuta la guitarra en el disco en que se encuentra esta canción (el menospreciado Slow train coming, de la época de conversión religiosa del Bob). En el estribillo, Dylan canta “Shine your light, shine your light on me”, frase que Luca Prodan tomó para Brilla tu luz para mí, canción en la que además nombra al genio. Por supuesto, este tema es de una redondez absoluta, por eso está aquí.

Las flores (Café Tacuba): La primera en castellano. Podría decirse que sólo con el nombre este tema ya estaba adentro. Sin embargo, como no-escuchador de los Tacuba que soy, hasta hace poco ignoraba su existencia. La descubrí porque… ¡es la apertura del programa de Mariana Fabbiani!

Trabajando en el ferrocarril (Pappo’s Blues): Esa bestialidad del rock argentino llamada Vol. 3 traía entre estruendos y guitarras filosas este minuto y pico de alegría mezclada con ironía. Es casi una burla, pero con una dosis de buena onda country que es tan entradora como un defensor rústico (¡!).

Dosed (Red Hot Chili Peppers): Hermoso tema de los Peppers de un disco poco valorado como By the way (que para mí es un discazo con bonitas canciones como esta). Los coros de Flea y Frusciante le dan aún más onda a un estribillo pop explosivo. Como pequeño detalle, Desecration smile -del aburrido, flaco y olvidable Stadium arcadium- tiene una melodía casi igual a la de los versos de esta belleza de 5 minutos.

See Emily play (Pink Floyd): No podía faltar en un post primaveral alguna canción de Floyd con Barrett, una época explosiva, hippie y psicodélica si las hay. Una perlita que sigue brillando cuarenta años más tarde, de la que me estaba olvidando pero me hicieron acordar los chicos de Scaletric! con su excelente post sobre esta época dorada de una de las mejores bandas de la historia del rock.

Te conozco de algún láu (El Regreso del Coelacanto): Desde Rosario, una belleza con tintes folklóricos y un poquito de melancolía. Está tan buena la canción -y su título fontanarrosesco- que dan ganas de encontrar algún disquito en la red de los muchachos, pero los rosarigasinos no se copan y no pude conseguir ninguno. Recomendable su versión de Crua-chan de Sumo, también.

1959 (Patti Smith): Y… la madrina no podía faltar. Desde Gone again nos regaló este soft rock que tiene tanta onda como ella (o más). No hace falta decir mucho más, creo.

La puerta de al lado (Los Rodríguez): Un Calamaro brillante (en esta época estaba inspiradísimo) nos deja una letra imponente y una de sus tantas melodías entradoras. Cantada a dúo con Ariel Roth, tiene una frase que me encanta, y me suena híper primaveral: “Soy la funda vacía de una guitarra que un día aprenderé a tocar”. ¡Está bien!

El camino (Attaque 77): La más tranquila de todas las que puse, quizá no tiene el tempo que requiere una canción para ser calificada como primaveral, pero sí la escuchan me van a dar la razón por haberla incluido. Una gema de Radio insomnio, probablemente su mejor disco. Cuerdas, acústicas, y una letra perfecta para viajar “viendo televisión virtual por la ventana”, como canta Ciro.

High (The Cure): Esto es más que nada un acto de justicia con esta canción, que no fue hit sólo por estar en el mismo disco que Friday I’m in love. Igual, la versión que aquí dejo es la del acústico que sacaron en 2001, un poco menos primaveral que la original. Genial el arpegio de la intro.

Dandelion (The Rolling Stones): Otra desde los años de la psicodelia. Esta pieza es un pequeño regalo para la hija de Richards, y un gran regalo para todos los demás. Gran melodía y orquestación... y sin embargo se perdió entre otros tantos temazos que hicieron en esa época (y se quedó sin ser hit por ello).

Cut your hair (Pavement): Uno de los himnos indies de los ’90 no podía faltar en este compilado. Si la canción fuese sólo sus coritos introductorios, ya estaría aquí.

Needles and pins (Ramones): Este tema es una de esas canciones clásicas que se hacen irresistibles de cantar. La versión de Ramones, además, significa un gran momento vocal de Joey; y el puente antes del cambio de tonalidad es simplemente glorioso. Para cantar en un boliche con amigos y una cerveza en la mano (es lo que hice yo el viernes, y por eso me acordé de incluirlo).

Lo que el viento nunca se llevó (Fito Páez): La primavera toda está en esta canción, que sirve para despertarse con buena cara por las mañanas, con su “arriba todos, es un día de sol”. Por eso la elegí para cerrar el compilado. Significo una tarea complicada ya de por sí elegir un tema del propio Fito, gran autor de canciones primaverales (A rodar mi vida, Mariposa technicolor, Bello Abril y unas cuantas más).



Ah, acá están todas juntas.